Cuenta la leyenda que conocí sus entrañas y viví en su cuerpo. Me parece que pasaba embriagada con amor porque no tengo recuerdos concientes de aquellos días. Cuentan que era un ser abusivo, no tenía misericordia de mi madre, pedía comida a todas horas desde el vientre. Parece que cuando salí de ella, esa costumbre habitó en mi por unos años más. Ahh! Qué hermoso es ser un hijo, pero más hermoso es tener a esa figura materna.
Si este día no puedes compartir con tu madre por tantas razones (puede que ya no esté contigo, puede que no hables con ella, no lo sé...) , pero si tienes a una figura materna en tu vida, la cual te ha llenado del amor y cariño que solo una madre puede dar, alabo a Dios por ello. Puede que tu madre sea tu abuela, tu tía, tu amiga, tu hermana... no importa, pero, Dios te ha provisto -de alguna forma- de ese amor maternal a través de esa persona. No pierdas la oportunidad de agradecerle a esa persona por todo el amor que te brinda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tu comentario