Aparecen en situaciones de alta tensión, ansiedad y estrés. Aparecen cuando ya no hay control de la mente, ni de nada. ¿De qué hablo? de las palabras ofensivas. En mi caso -seré honesta- este tipo de expresiones son a veces, una constante batalla. ¿Por qué considero como algo negativo las palabras ofensivas? Porque sé que son palabras que no edifican ni a mi espíritu, ni a los que me rodean .
"No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven..."(Efesios 4:30) . Este versículo fue una palabra como para memorizar y pegarla con cola en mi cabeza. Dios en su infito amor ha tratado de llevarme por un camino de "auto-control". Me hizo ver que tenía un serio problema con mis formas de expresión. Me hizo ver que el problema de decir palabras ofensivas cuando me dejaba llenar por la ira entristecían su espíritu y además podían llegar a ofender a otros. Su palabra dice: "...ustedes deben estar dispuestos a oír, pero ser lentos para hablar y para enojarse...". He ahí el por qué "no decir palabras ofensivas" se convirtió en una de mis batallas.
Todos tenemos una o más batallas personales. Unas pueden ser públicas y otras se manejen en el silencio del secreto. Puede que tu batalla sea contra el resentimiento, los celos, la soberbia ...y la lista sigue creciendo. Lo importante no es solo aceptar que tienes un problema, sino luchar contra ello, no en nuestras fuerzas, pero si en las de Dios. Antes de luchar debes confesar a Dios cuál es tu problema, entrégaselo y prepárate para iniciar una batalla.
PD: Dios te guiará pore l camino indicado para darte la victoria sobre ese pecado. Puede que él te guíe hacía personas capaces de ayudarte con tu problema o puede que solo seas tú con él en el proceso de batalla.
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