miércoles, 8 de mayo de 2013

La paciencia de la fe

Sé que tal vez ya hayas leído el devocional "En pos de lo supremo" (Oswald Chamber), o tal vez no. Pero, el día de hoy no escribiré nada, solo postearé este devocional, porque parece que Dios quiere hablarte algo con esta lectura. Realmente, yo no conozco la magnitud de tu prueba, pero estoy segura que Dios si la conoce. Oro para que este devocional sea talvez un recordatorio o talvez palabra de fortaleza a tu vida.
La paciencia de la fe
"Dado que has obedecido mi mandato de perseverar",
Apocalipsis 3:10
La paciencia es más que resistencia, más que simplemente aguantar hasta el final. La vida de un cristiano está en las manos de Dios, como el arco y la flecha en las manos de un arquero. Dios está apuntando a un blanco que el cristiano no puede ver, pero como nuestro Señor estira y tensiona, de vez en cuando el creyente dice: “No puedo resistir más”. Él no nos hace caso y sigue estirando hasta que Su objetivo esté a la vista, y entonces lanza la flecha. Confíate en las manos de Dios. ¿Hay una circunstancia en tu vida para la cual necesitas paciencia, ahora mismo? Mantén tu relación con Jesucristo por medio de la paciencia que produce la fe. Declara como Job: "Aunque él me mate, en él esperaré", Job 13:15.
La fe no es una emoción débil y lastimosa, sino una confianza fuerte y energética que se fundamenta en el hecho de que Dios es amor santo. Y aunque no lo puedes ver a Él en este momento y no puedes comprender lo que está haciendo, tú lo conoces. El desastre se presenta en tu vida cuando te falta la serenidad mental que proviene de arraigarte en la verdad eterna de que Dios es amor santo. La fe es el esfuerzo supremo de tu vida y significa que tú te rindes con una absoluta confianza en Él.
Dios arriesgó todo en su Hijo Jesucristo para salvarnos y ahora quiere que arriesguemos nuestro todo con plena confianza en Él. Existen áreas de nuestra vida donde esa fe no ha obrado todavía, lugares que no han sido tocados por Dios. En la vida de Jesucristo no hubo áreas sin tocar y tampoco nosotros debemos tenerlas. Jesús oró: "Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti", Juan 17:3. El verdadero significado de la vida eterna es una vida que puede enfrentar todo lo que tiene que enfrentar, sin vacilaciones. Cuando asumimos esta perspectiva, la vida se convierte en un gran romance, en una gloriosa oportunidad para ver situaciones maravillosas a cada instante. Dios nos está disciplinando para llevarnos a ese punto central de poder.

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