Respuestas tardías
El Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto [...] y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.
Deuteronomio 7:9
Deuteronomio 7:9
Ya hemos hablado en este libro devocional que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos y esto afecta en gran medida a ciertas personas.
Hay muchos de ustedes que no tienen mayor problema con sentarse a esperar que Papá Dios conteste a una pregunta u oración. Otros, por el contrario, son tan desesperados que necesitan las respuestas de inmediato y en cuanto las solicitan.
Cuando vamos a la Biblia, encontramos ejemplos que nos muestran que en algunos casos Dios tardaba mucho tiempo en contestar. Uno de estos lo tenemos en Job. Su tiempo de prueba fue tan difícil que se le murieron todos sus hijos, perdió todos sus bienes y terminó con sarna y rascándose con una teja. A pesar de eso, y en medio de su frustración, confiaba en que Dios no lo abandonaría. Aunque, claro, hubo ocasiones en que se quejó por la indeferencia ante la maldad y hasta le reprochó al Señor lo que consideraba su descuido cuando le dijo: «Recuerda, oh Dios, que mi vida es un suspiro; que ya no verán mis ojos la felicidad» (Job 7:7).
Luego, Dios cambió las cosas a su tiempo y le aumentó al doble la prosperidad anterior a Job.
Le extendió la vida a ciento cuarenta años y pudo ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.
El Señor no permite que suframos sin motivo, y aunque ese motivo esté oculto en los propósitos divinos y nunca sepamos el porqué, debemos confiar que Él siempre hace lo bueno.
Claudia Pinzón
Claudia Pinzón
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